9.11.09

Rumbo al Bicentenario: ¿Todo es Igual?

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Un saludo para San Martín y otro para Belgrano. Mis felicitaciones para los Héroes de la Gesta de Mayo. Incluso una manzana para Sarmiento. Porque fueron ellos buena gente y, efectivamente, lucharon con la espada, con la pluma y la palabra para darnos un pais y hacer de una ilusión plateada lo que es hoy una innegable realidad. Mas pasado el 2000, aparentemente es hoy ya tiempo de comprender que la vida no tiene necesariamente que ser ningún tango. En efecto, hora es la presente de dejar de rendir culto a Cambalache y de rescatar a la Biblia que en 1934 Discépolo dejó abandonada junto al calefón.* Indudablemente aún bastante nos queda a todos por aprender de quienes nos precedieron allá lejos y hace tiempo. Un tiempo hay para todo en la vida (Eclesiastés). Y dado que lo bueno, si breve, dos veces bueno, expreso a través de esta suscinta nota mi agradecimiento al Libertador Gral. José de San Martín, Padre de la Patria, quien de haber conocido las palabras siguientes se hubiese emocionado seguramente tanto o más que quien ahora las cita: "Para la Libertad, canto, duro y pervivo. Para la Libertad."


Mariano Akerman, Automatismo Para la Libertad, acuarela, 1990


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Cambalache, de Enrique Santos Discépolo, tango, 1934

Que el mundo fue y será una porquería,
ya lo sé;
en el quinientos seis
y en el dos mil también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublés,
Pero que el siglo veinte es un despliegue
de maldá insolente
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro,
generoso, estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazaos, ni escalafón;
los inmorales nos han igualao.

Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición...
¡Da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón!

¡Qué falta de respeto!
¡Qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclaos con Stavisky,
va Don Bosco y "La Mignón,"
don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón.

Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora, no mama,
y el que no afana es un gil.

¡Dále nomás!
¡Dále que va!
¡Que allá en el Horno
nos vamo'a encontrar!
No pienses más,
séntate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao.
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley.


Véase también: Guarda la lengua: reflexiones acerca de la lengua y el amor propio, por Mariano Akerman

1 comment:

Gabriela Steg said...

Qué lindo lo que escribiste. Es tu corazón el que habla, con cariño y respeto. Hay dolor también. No se puede creer que Cambalache haya sido escrito hace tantos años y siga hoy tan vigente, tan real palabra por palabra, solo que ahora estamos en el siglo XXI. Acá estamos en lo grotesco, una realidad que se ha extendido también a nivel global y por el mundo entero. Triste. Gracias por esta nueva reflexión.